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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Al Niño de Belén

¡Ay Niño de Belén, larga es nuestra espera, y estamos cansados de nuestra situación, e incluso cansados de nosotros mismos! Buscamos de todo, menos a Ti, nos apegamos a todo, menos a Ti, Escuchamos todo menos Tu voz.... estamos aturdidos por los hermosos discursos y promesas. Las lágrimas de las viudas y de los niños se mezclan con el ruido de los cañones y las ametralladoras, nos parten el corazón y rompen el silencio de la Gruta y del Pesebre… ¡Tenemos tanta necesidad de calma, de silencio! Tenemos una gran necesidad de paz, es cierto, pero sobre todo necesitamos de infancia y de inocencia. ¡Tú, el Pobre, a pesar de tu pequeñez, debilidad y pobreza, eres el único capaz de darnos lo que nos falta! ¡Oh Niño de Belén, ven para que la fiesta sea más fiesta! ¡Bienvenido seas Tú!, que nos enseñas que el amor es un martirio continuo, y que el martirio del amor, de la paz y de la justicia no morirá jamás; ¡Bienvenido seas Tú! que nos recuerdas que la riqueza está en el don y en la reconcili

El nuevo conflicto en Tierra Santa

La Luz de Belen parece que no ha llegado a su tierra. La tierra de Jesús sigue ensangrentada. Ni Israel ni Palestina son capaces de crear la Paz entre sus pueblos. Inocentes de un o y otro lado siguen muriendo y es la guerra, en vez de la paz, la que suena en Tierra Santa donde nació el Principe de la Paz. Debemos rezar para que esto acabe de una vez. El Vaticano condenó hoy los ataques aéreos israelíes contra la Franja de Gaza y lamentó "las numerosas víctimas inocentes". El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, manifestó su temor a que los ataques produzcan aún más odio en la región, informó DPA. "(La organización radical islámica) Hamas es prisionera de la lógica del odio. Israel (es prisionero) de la lógica de que la violencia es la mejor respuesta al odio", sostuvo. "Tenemos que encontrar otra solución, aun cuando parezca imposible", dijo a Radio Vaticano. Lombardi señaló que la reacción israelí al lanzamiento de cohetes caseros por parte de organ

Nuestra sociedad esta enferma

En el periódico el mundo aparece hoy la siguiente noticia: Matan a Uria... pero la partida continúa . Horas después del asesinato de Ignacio Uria sus compañeros de tute se reunieron como todos los días en la misma mesa con la única diferencia de que fue otro quien ocupó el lugar del asesinado. La vida sigue igual, solamente han matado a un vecino. ¿Hasta cuándo? ¿Qué poco valor le damos a la vida? ¿Es indiferencia o resignación de que nada se puede hacer? El terrorismo “persigue la extensión del terror para producir una situación de debilidad del orden político legítimo, que le permita imponer sus criterios por la fuerza, a costa del atropello de los derechos humanos más elementales, como son el derecho a la vida y a la libertad. Este fin no puede ser compartido jamás” (Instrucción Pastoral “Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias”). Volmámonos hacía Dios y "mantengamos la esperanza", como nos dice Pablo en la carta a los romanos (1

AL DIOS DE LA VIDA, RECEMOS

En medio de tanto llanto, de tanto sufrimiento, de tanto dolor, Dios sigue guiándonos hacia el festín mesiánico del amor, la bondad, la justicia, la fraternidad, la alegría... Hoy a pesar del dolor por la muerte de un empreario vasco, por las manos asesinas de los de siempre, y el dolor por las cifras de abortos en España; no perdamos la esperanza. El Señor de la vida nos invita a un festín de manjares suculentos. Un festín con el mejor aceite del consuelo y el vino generoso de la espera. Es el mismo Señor quien nos prepara una mesa que enjuga nuestras lágrimas y pone fin a todo dolor. Recemos con esta oración de Juan Pablo II al Dios de la vida: Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz