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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Sin complejos

«Un apunte final al hilo de las últimas cortinas de humo. Algunos han dicho que perdemos feligreses y que nos deberíamos preocupar. No conozco las fuentes de sus estadísticas, no vaya a ser que se les haya traspapelado la intención de voto en sus votantes, pero lo que sí les puedo decir es que las personas en las filas del paro no dejan de llamar a nuestras puertas, y Cáritas tiene más feligreses que nunca. Y a los que de este modo nos dan consejos, yo les diría que en lugar de prepararnos leyes para la muerte digna, que ninguno ha pedido ni constituye una demanda social, mejor no se distraigan y que se empleen a fondo en trabajar para encontrar medios para una vida digna. Para ésta sí que hay demanda humana. Que no son los apellidos y su orden lo que nos preocupa a los ciudadanos, sino poder arreglar sin demagogias lo que no tiene nombre».   (Jesús Sanz Montes)

Testimonio de Kiko Argüello

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Feliz soy, pues tengo a Jesús, oh, con qué fuerza me aferro a Él para que consuele mi corazón cuando estoy débil y triste.

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Cristo Rey

En este día de Cristo Rey. Señor, te pedimos: Que tu justicia y tu misericordia llenen la tierra.  Tu amor dirija nuestros caminos.  Tu paz abunde entre las naciones.  Tu sabiduría oriente nuestros proyectos.  Tu luz sanee nuestras tinieblas.  Tu fuerza sostenga a los débiles.  Tus consuelos animen a los tristes. Tu sabiduría ayude a los gobernantes.  Tu alegría se transmita a los niños y a los jóvenes. Tu cercanía anime a los enfermos.  Tu paciencia acompañe a los ancianos.  Tu gozo, Señor, lo compartan nuestros difuntos.

La Parroquia es mi familia

Ya tenemos nuevo Plan de Evangelización en la Diócesis de Huelva Hacer que la parroquia sea un lugar donde se viva y una escuela donde se enseñe el Amor de Dios.

Pase lo que pase.

“Queridos amigos, levantemos una mirada esperanzadora hacia todo lo que Dios nos ha prometido y nos ofrece”. (Benedicto XVI, en Santiago)

El perdón en la pareja

                 Mientras  hojeaba sus “dossier” matrimoniales, el  diablo observó con enojo que todavía  quedaba una pareja, sobre  la  tierra, que vivía de amor y en concordia. Decide hacer una inspección. Se trataba  en realidad  de una  pareja común; sin embargo, emanaba tanto amor  que alrededor de ella  parecía que fuese una eterna primavera. El diablo quiso conocer el secreto  de aquel amor. -No hay ningún secreto -le explicaron los dos-. Vivimos nuestro amor como una competencia: cuando uno de los dos se equivoca, el otro asume la culpa; cuando uno de los dos obra bien el otro recibe las alabanzas, cuando uno de los dos sufre, el otro recibe el consuelo; cuando uno de los dos se alegra, el otro se complace. En fin, competimos siempre a ver quien llega antes. Al diablo le pareció esto tonto. Y por eso pueden todavía  existir parejas felices en la tierra (Dino Simplici).             No hay duda de que existen parejas felices en la tierra, donde cada uno trata de h