¿Quién no puede sembrar una semilla de Evangelio?




“El reino de Dios se parece a un grano de mostaza... a la levadura...” 
(Lc 13, 19.21).
 Con estas dos parábolas, Jesús quiere infundir en sus discípulos la esperanza. 
Dios es discreto. 
Su Reino, su presencia, crece a pesar de las oposiciones 
y se nos da para que en libertad le dejemos crecer. 
Descubre la semilla del reino que llevas en tu interior. 
Pon tu esperanza en ella. 
Desarróllala. 
Es ella la que dará fecundidad y plenitud a tu vida. 
El Reino de Dios comienza por una semilla.
El Reino de Dios comienza por una pizquita de levadura.
Es lo pequeño que puede hacerse grande.
Es lo poco que puede transformar lo mucho.
Es lo pequeño que podemos hacer todos.
Es lo poco que podemos hacer todos.
¿Quién no puede sembrar una semilla de Evangelio?
¿Quién no puede aportar un poquito de levadura?
¿Quién no puede sembrar una semilla de vida?
Puede que hoy no puedas cambiar el mundo.
Pero hoy todos podemos estrecharnos las manos en la amistad.
Puede que hoy no puedas dar de comer a todos los pobres.
Pero hoy todo podemos compartir nuestro pan.
Puede que hoy no puedas solucionar el problema de la tristeza de todos.
Pero hoy puedes regalar una sonrisa.
Puede que hoy no puedas solucionar el problema de la soledad de tantos ancianos.
Pero hoy sí puedes dedicar unos minutos al vecino que está solo.
Hoy todo podemos sembrar una semilla.
Hoy todos podemos echar una pizca de levadura




 Aquí estoy Señor, pobre tierra que nada sería sin la semilla de tu Reino. 
Ayúdame a hacerla crecer para que sea, como Tú, pan para todos.  

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