Seamos testigos de la Misericordia



"Paz a vosotros" 
(Jn 20,19)     
“No podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano (LS 119).  
¿Cómo ser artesanos de paz si antes no hemos recibido el saludo de paz de Cristo resucitado? 
Ojalá se recuerde a nuestro tiempo por el despertar de una nueva relación con la naturaleza; por la firme resolución de alcanzar la sostenibilidad; por el aceleramiento en la lucha por la justicia y la paz, por la alegre celebración de la vida. De cada uno, y de todos juntos, depende. 
¿Nos ponemos manos a la obra? 
¿Nos comprometemos a educar en esta dirección a los niños que están ahora comenzando la aventura de la vida?

Señor Jesucristo y Dios nuestro, te damos Gracias porque Tú Vives con nosotros, en nuestro interior, y estás Presente en medio de nuestra vida, en nuestra comunidad, familia, trabajo, amigos, cultura, y en cada una de las circunstancias de nuestra vida cotidiana.
Te damos Gracias porque tu Presencia diaria nos llena de tu Paz y nos libera de nuestros miedos.
Te damos Gracias porque Tú nos invitas a abrirnos a Ti y a no encerrarnos en nosotros mismos, para amar a cada hermano, siendo valientes y decididos mediante la fe que Tú nos das, y compartiendo con los demás la alegría de conocerte y amarte.
¡Tú nos animas a fortalecer y aumentar nuestra fe cada día, a creer sin ver, confiando siempre en Ti que todo lo puedes!
Ten Misericordia de nosotros, Tú que eres la Divina Misericordia, y ayúdanos Tú a ser fieles discípulos tuyos en medio del mundo, para ser siempre valientes testigos de tu Paz, Amor y Misericordia.
Señor Jesucristo y Dios nuestro Misericordioso, Vivo y Resucitado, te damos Gracias porque nos amas, nos aceptas tal y como somos, nos llamas y nos invitas cada día a seguir siendo tus discípulos, y nos Envías a la Misión de Anunciar tu Evangelio sin cansancio, por todos los lugares del mundo, en medio de nuestra la sociedad, para así llevar a todas las personas la Esperanza y la Alegría de recibir la Buena Noticia de la Salvación por tu Amor. 
Te damos Gracias porque tu Presencia en medio de nosotros nos llena de tu Vida y Alegría, y nos anima siempre a ser creyentes.
Te alabamos porque Tú nos inundas el corazón con tu Espíritu Santo, que nos llena de tu Gracia y nos alienta a nos desanimarnos nunca, y a no desfallecer a pesar de las dificultades y de nuestras debilidades.
Gracias porque tu Misericordia es Eterna y Siempre Permaneces, junto a nosotros, llenándonos de tu Vida todo nuestros ser y fortaleciendo día a día nuestro corazón con tu Espíritu Divino, que siempre nos acompaña, nos anima, nos guía, nos ilumina y nos libera de todos nuestros miedos, temores y debilidades.   
Amén

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