La mirada de Jesús






“El que mira a una mujer casada deseándola, 
ya ha sido adúltero con ella en su interior” 
(Mt 5,28).

Jesús habla con la autoridad de su coherencia de vida y del Espíritu que le llena y le hace vivir en comunión con el Padre y el proyecto del Reino.
Por eso dice que las decisiones importantes deben tomarse desde el «interior», de modo que afecten a toda la persona: la inteligencia, los sentimientos, los deseos más profundos, la voluntad. Esto sólo es posible educando continuamente el corazón y venciendo las tentaciones del poder (la «mano derecha») o del poseer (el «ojo derecho»).

Lo nuevo de Dios siempre comienza a nacer en tu corazón.
Llevas dentro muchas semillas que, con cuidado, pueden convertirse en propuestas de dignidad y belleza para los más débiles.

Tu mirar es amar.
Enséñame a mirar a los demás como tú los ves.
Enséñame a mirar embelleciendo a quien miro
 
- Líbranos, Señor, de una vida de apariencias.
Ayúdanos a renovar nuestro interior 
para poder conocer qué quiere Dios de nosotros.
 

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