Fructificar nuestros dones y talentos en el servicio del Reino


“Señor, dos talentos me dejaste;
mira, he ganado otros dos”
(Mt 25, 14-30)

Dios Padre Bueno y Misericordioso, te damos Gracias
porque Tú no regalas abundantes dones cada día,
para ponerlos en común y compartirlos con todos.
Tú nos enseñas que sólo los dones que se comparten
son los que crecen y los que se multiplican,
y nos recuerdas hoy que Tú nos los entregas gratis
para ponerlos al servicio de todos y para el bien común.
Ten Misericordia de cada uno de nosotros, Dios Bueno,
y ayúdanos a ser fieles a tu Amor y a tu Evangelio,
entregando siempre gratis lo que hemos recibido gratis,
para servirte siempre a Ti y a cada hermano nuestro,
con cada uno de los buenos talentos y de las cualidades
que Tú nos regalas a lo largo de toda nuestra vida.
Ayúdanos, Dios Bueno, a ser generosos con todos
para servir siempre a cada persona que nos necesite,
y ayúdanos también a ser siempre misericordiosos
enseñando al que no sabe, para así, poder ayudar 
a multiplicar las capacidades de cada persona,
y lograr construir entre todos un mundo mejor,
y colaborando con los demás para mejorar
todos nuestros ambiente y nuestra sociedad.
Ten Misericordia de nosotros y no nos dejes caer
en la pasividad ni en el desánimo provocados
por nuestras inseguridades, miedos o temores.
No permitas que nada ni nadie nos separe de Ti,
ni nos dejes jamás ser vencido por la desesperanza.
Te damos Gracias, Dios Padre nuestro y Todo Bondad,
porque tu Amor y tu Misericordia nos unen a Ti,
y Tú nos capacitas cada día para enviarnos a la Misión
y a comunicar tu Buena Noticia a todo el mundo.
Amén.


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