¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!

“Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, 
mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40). 

Esta excelente respuesta de Jesús identifica el servicio al necesitado con el amor a Cristo. 
Recuerda que la venida de Jesús al final de los tiempos será ante todo un acto de discernimiento, en el que aparecerán las consecuencias de tu comportamiento hacia los hermanos más pequeños.  

Celebramos la “Conmemoración de los fieles difuntos”.
La Iglesia recuerda y pide hoy por todos aquellos que han pasado a la casa del Padre.

Morir sólo es morir.
Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta la deriva y encontrar lo que tanto se buscaba.

La muerte no es el final.
Es una puerta hacia la vida en plenitud.
Esa es nuestra apuesta.
Esa es la fe que nos hace vivir con esperanza.

No temas.
Serena el corazón.
¿No sabes dónde ir?
Jesús es el Camino.
¿Buscas la verdad?
Jesús es la Verdad.
¿Quieres vivir?
Jesús es la vida

Vivimos en el misterio, la oscuridad, la noche.
Pero el alba llegará para inundarnos de luz y librar nuestra vida de la sombra de la muerte.

Todos somos pequeños ante el misterio de la muerte.
Pero ¡qué gracia si en ese momento custodiamos en el corazón la llama de la fe! (Francisco)


La muerte, vista desde la fe, no es muerte, sino vida.
La muerte, vista desde la fe, no es sino el paso a la vida plena de Dios.




Dios, Padre, de todos los pueblos, 
en Jesús nos mostraste el Proyecto de Reino: 
Tu Reino es Vida, Verdad, Justicia, 
Paz, Libertad, Gracia y Amor. 
¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!  

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