Cuánto nos ama Dios




“Por último, les mandó a su hijo” 
(Mt 21,37)  

El Espíritu nos invita a poner los ojos en Jesús: locura de amor entregado.
No somos dueños de la vida, somos administradores de la vida recibida para dar fruto.
Nos avisa para que cambiemos de rumbo.
Da permiso al Espíritu para que te lleve de la superficialidad a la hondura, de las palabras a las obras. 
Jesús en persona se aproxima a tu camino, quiere entrar en tu historia.
Déjate encontrar por Él.  

Jesús, peregrino de amor, gracias por querer entrar en mi historia. 

Historias de los vendidos por unas monedas:
José y Jesús.
¡Tantos vendidos al día!
Dejar que se escriba la historia, la propia historia.
Confiar.
Obedecer, con la inocencia cargada de amor y buen humor, hasta el último suspiro, la última lágrima, amarga cruz.
Y esperar el día.

Reflexiones de José vendido, camino de Egipto

No lo entiendo.
¿Qué he hecho mal, Señor?
¿Por qué mis hermanos me dan la espalda?
¿Por qué me han vendido, alejándome de todo lo que amo?
Yo sólo he compartido con ellos mis sueños, el amor por mi padre, la esperanza en el mundo.
Yo sólo he querido vivir, celebrar, y agradecer las cosas buenas. Y sin embargo, no me daba cuenta de que ellos no me querían.
¿Qué puedo hacer ahora?
No quiero odiarlos.
Por veinte monedas me han vendido.
Sus celos les han vuelto ciegos.
Me duele su abandono.
Me duele su odio.
Me duele este mundo hostil, donde los hermanos venden al hermano.
Pero me niego a responder a su mal con rencor, a su traición con despecho, o a su ofensa con venganza.
Si alguna vez tengo la ocasión de volver a verlos, sólo querré seguir compartiendo mis sueños.
Hasta que consigan ver lo que yo veo.
Tu sueño, Señor. 
(Rezandovoy)

Los sueños del alma no caducan.
Algunos solo necesitan un poco de más tiempo para hacerse realidad.

No dejes de soñar.
No renuncies a la utopía de crear un mundo mejor.
Con Jesús, un mundo nuevo ha empezado a crecer.
No te rindas.
Levanta el vuelo.
Alza la cabeza.
Se acerca nuestra liberación.

Ponte de lado de los pobres, de los últimos.
Caminemos juntos hacia una humanidad fraterna al paso de los más rezagados.
Cada pequeño gesto de amor, cada acción solidaria, cada apuesta por el bien común, cuenta.


OPORTUNIDADES
Oportunidades perdidas para reconocerte en mi vida.
Oportunidades malgastadas para poner mi confianza en ti.
Oportunidades desaprovechadas para plantarme y crecer nuevamente.
¿Cuántas oportunidades más tienes que darme?
Oportunidades...

Fíjate cuánto nos ama Dios que, sabiendo que iban a matarlo, nos envió a su único Hijo para salvarnos del pecado.
¿Eres consciente de lo que eso significa?

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