Testimonio




“En la cena se había apoyado en su pecho” 
(Jn 21,20)  

¡Qué importancia tienen para toda la comunidad los que se han sentido amados por Jesús y han buscado frecuentemente su intimidad!
Da apoyo y aliento a todos los que viven con el corazón encogido por el terrorismo.
Busco cada día la intimidad contigo.

Mi corazón, Señor, es para ti.
Gracias por las presencias alentadoras que encuentre entre la gente. 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque eres bueno
porque tu misericordia es infinita

Has puesto tu mirada en mí, Dios de amor.
¡Que puedo decirte si Tú me conoces del todo!
Me he quedado mudo ante tu presencia
porque soy poca cosa y, sin embargo, me amas.

Al más infiel de tus siervos
muestras tu mirada de amor
y le dices: ¡Levántate! ¡Sígueme!

Y yo, escuché tu voz y confié en ti.
Señor confío en ti, porque tú eres amor,
justicia y misericordia infinita.




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